He desperdiciado años intentando tener más disciplina con mi salud. Resulta que estaba resolviendo el problema equivocado.
La verdadera pregunta no es: "¿Cómo consigo más fuerza de voluntad para comer brócoli?" La pregunta es: "¿Cómo hago que el brócoli sea tan irresistible como las patatas fritas?"
Aquí está la paradoja: imagina que el brócoli activara los mismos circuitos cerebrales que una bolsa de patatas fritas. Que cada bocado liberara dopamina como si fuera chocolate. No necesitarías disciplina; sería el camino de menor resistencia. Tu cerebro te empujaría hacia lo que tu cuerpo necesita, no hacia lo que las empresas alimentarias han formulado para ser irresistible.
Llevo un par de años obsesionado con esta idea. Algunos amigos y familiares dirían demasiado obsesionado. Pero mi mayor aprendizaje ha sido este: la fuerza de voluntad no es suficiente para la salud a largo plazo. Ni siquiera es lo más importante. Cuando tienes la información y los protocolos adecuados, las decisiones saludables se convierten en la elección fácil, sin requerir tanto esfuerzo.
Si de verdad te importa mejorar tu salud, lo más importante no es la disciplina sino diseñar un entorno que te lo ponga fácil.
Pequeños ajustes, grandes cambios
Déjame ser específico sobre cómo esto ha cambiado mi vida diaria.
He descubierto que la luz natural a primera hora de la mañana mejora mucho mis niveles de energía para el resto del día. Especialmente en un paseo con mi madre; luz solar, ejercicio suave y conexión social en un solo gesto. Suena simple porque lo es. Pero funcionó cuando años de intentar "disciplinarme" para hacer ejercicio formal habían fallado.
También el orden en el que como: verduras y proteína primero, carbohidratos al final. Esta secuencia reduce los picos de glucosa y elimina el bajón de las tres de la tarde. Y lo crucial: no requiere fuerza de voluntad una vez que entiendes el mecanismo. Comes lo mismo, solo en diferente orden.
También descubrí que un batido diario con polvo verde y 3-5g de creatina cubre mis bases nutricionales sin esfuerzo mental: fibra prebiótica, micronutrientes esenciales, y dosis clínica de creatina haga lo que haga el resto del día.
El patrón se repite. Cuando tienes el conocimiento correcto y un hábito simple, la decisión saludable se convierte en fácil.
Son ajustes directos, basados en ciencia, que convierten la salud en el camino de menor resistencia.
Nada de protocolos complicados que requieran aparatos caros o muchas horas de tu tiempo. Cuanto más complejo, más difícil es cumplir a largo plazo. Y si no cumples a largo plazo, estás perdiendo el tiempo.
Entonces, ¿por qué sigue siendo tan difícil para la mayoría convertir las elecciones saludables en la norma?
Las fuerzas invisibles
Hay varias dinámicas sistémicas jugando en nuestra contra:
1. La desconexión alimentaria. Tenemos cuerpos diseñados para el Paleolítico viviendo en el siglo XXI. Nuestras vidas se han alejado cada vez más de la fuente de nuestros alimentos. Una regla útil sería comer solo ingredientes con nombre propio: brócoli, pollo, arroz. Pero incluso eso se complica: ¿el pan cuenta? ¿Y si lleva 15 ingredientes que no reconoces? La mayoría no cultivamos nuestra propia comida y muchos no tenemos tiempo ni para cocinar. (Yo alguna vez tiro de verdura al microondas para evitar pedir a domicilio, pero eso es una historia para otro día.)
2. El ruido informativo. Estamos rodeados de información incorrecta, incompleta y contradictoria. Incluso a menudo de fuentes que deberían ser fiables. Demostrar causalidad en ensayos clínicos es complicado, y ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo en muchas cosas. Las autoridades tampoco nos lo ponen fácil: las guías dietéticas oficiales siguen evolucionando lentamente. La mayoría todavía promueve cereales como base de la alimentación cuando la evidencia actual sugiere que deberían ser verduras, proteínas y grasas saludables. A muchos nos enseñaron que la grasa era el enemigo y que debíamos comer 6-11 raciones de cereales al día. Esa ciencia está desactualizada, pero el mensaje persiste.
3. El diseño del sistema. El entorno alimentario está optimizado para vendernos productos ultraprocesados que aportan muchas calorías pero pocos nutrientes.
Aquí está lo perverso: no es que las empresas alimentarias sean malvadas. Es que están haciendo lo que el mercado les pide: maximizar sabor, conveniencia y durabilidad. El problema es que hay asimetría de información entre las empresas y los clientes, y los incentivos van en contra de nuestra salud.
Una bolsa de patatas fritas debe ser hiperpalatable (combinación adictiva de grasas, sales y azúcares que hackea nuestros sistemas de recompensa). Debe durar meses en un almacén. Debe costar céntimos producirla. Y debe ser imposible de parar de comer. ¿Alguna vez has comido solo tres patatas fritas?
Cuando maximizas esas variables, la salud es el daño colateral. Nos hacen comer más de lo necesario y nos dejan, paradójicamente, desnutridos.
Incluso las opciones "saludables" siguen la misma lógica: barritas energéticas cargadas de edulcorantes dañinos porque lo "natural" no vende si no sabe a postre. Batidos "sanos" con 90 ingredientes porque nadie tiene tiempo para entender que la mitad no sirven para nada y la otra mitad va en dosis irrelevantes.
He dedicado cientos de horas a estos temas. No como ejercicio académico, sino porque quería mejores respuestas para mí mismo. Y he comprobado que hay una brecha enorme entre lo que la ciencia sabe sobre nutrición y lo que hacemos en nuestro día a día.
La industria wellness hace lo mismo
Aquí está el segundo nivel de esta dinámica, y es el que menos se discute.
La industria wellness ha aprendido de la industria alimentaria. Y aplica exactamente los mismos principios.
No por maldad, sino por incentivos económicos racionales: es más rentable hacer la salud complicada que simple.
Piénsalo: si te vendo "el hábito diario más sano" por 50€ al mes, mi margen es limitado. Pero si te convenzo de que necesitas:
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Un green powder "revolucionario" con 90 ingredientes exóticos
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Un protocolo matutino de 8 suplementos diferentes y otro de noche de 5
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Ingredientes "propietarios" que solo yo tengo
Entonces puedo cobrarte 150€ al mes y tener margen para campañas masivas de marketing.
Cuanto más confuso sea el espacio wellness, más intermediarios necesitas, más productos "especializados" compras y más margen hay para todos.
Por eso ves marcas gastando millones en sponsorships con Joe Rogan o Andrew Huberman. Por eso las etiquetas tienen "blends propietarios" que no especifican cantidades. Por eso cada semana hay un nuevo superalimento "descubierto" en alguna montaña remota del Himalaya.
No es conspiración. Es que los incentivos del mercado favorecen la venta de complejidad sobre claridad, de ingredientes "revolucionarios" sobre fundamentos básicos, de protocolos sofisticados sobre hábitos sostenibles.
Cerrando la brecha
Por eso construimos Alma.
No empezamos como una plataforma de información, sino produciendo espirulina en Almería. Lo que empezó siendo un proyecto concreto ha evolucionado gracias a un extenso trabajo científico y colaboraciones con instituciones como el CSIC, la Universidad de Varsovia y EIT Food de la UE.
Estas alianzas nos han permitido desarrollar soluciones nutricionales verdaderamente respaldadas por la ciencia. Pero más importante: nos han ayudado a entender qué funciona en la vida real, no solo en el laboratorio.
Lo abordamos desde tres frentes:
1. Información simplificada y accesible. Eliminamos el ruido para ofrecer orientación clara y basada en evidencia que puedas aplicar en tu vida ocupada. (Aquí es donde nuestro trabajo con instituciones como el CSIC y EIT Food marca la diferencia: traducir investigación peer-reviewed en protocolos aplicables, no solo repetir lo que dice el último influencer.) No reglas demasiado simplistas, sino ideas prácticas que reconocen la complejidad de la nutrición y la hacen gestionable.
2. Alma Balance como base nutricional y hábito sostenible. Hemos desarrollado esto como un producto fácil de consumir que cubre los fundamentos nutricionales y complementa las deficiencias inevitables de la dieta moderna. No pretende sustituir los alimentos reales, sino complementarlos. Viene de aceptar la realidad de que, incluso con la mejor intención, nuestra alimentación suele quedarse corta.
3. Una selección de productos complementarios muy cuidada y evolutiva. Solo ofrecemos productos con respaldo científico sólido. Y para cada categoría, una única opción que represente el mejor equilibrio calidad-precio del mercado. Si la ciencia evoluciona y respalda nuevos productos, los añadiremos. Pero solo cuando la evidencia sea completamente clara. A veces, la diferencia entre que un suplemento funcione o no radica en su calidad y dosificación; nuestro compromiso es ofrecer siempre la mejor opción disponible. Por eso ofrecemos creatina Creavitalis (la versión micronizada y premium de los creadores de Creapure) al mejor precio del mercado.
El modelo que nos obliga a hacer lo correcto
Durante años fui cliente de Costco. Y al darme cuenta de lo brillante que es su modelo me hice inversor: Costco puede permitirse no gastarse ni un euro en publicidad tradicional porque su modelo depende completamente de que el cliente renueve año tras año. Tienen que ganárselo todos los días.
Esa presión constante por entregar valor los mantiene honestos, pero, al tener relaciones a largo plazo con clientes, son capaces de dar productos de calidad a un precio con el que otros no pueden competir.
Cuando empezamos Alma, podríamos haber seguido el playbook estándar: márgenes del 70%, campañas masivas, blends propietarios que justifican precios premium. Es el camino probado. También es el más rentable a corto plazo.
Pero ese modelo te obliga a comportarte de cierta manera. Si tu beneficio viene de vender el producto una o dos veces, debes complicar para justificar precio, añadir ingredientes exóticos para diferenciarte, crear confusión para que necesiten "expertos", y gastar en marketing para convencer en lugar de en producto para retener.
Adoptamos el modelo Costco para escapar de esa trampa. Cuando tu beneficio viene de que el cliente se quede a largo plazo, la ecuación cambia:
No nos beneficia vender 15 suplementos si 3 harían el trabajo. Es insostenible consumirlos y no será nunca un hábito.
No nos beneficia usar ingredientes exóticos caros si los locales funcionan igual. Estaríais pagando sobreprecio por marketing, no por resultados.
No nos beneficia crear confusión si la claridad os hace más fieles.
Nuestro único incentivo racional es daros máximo valor al precio más justo posible.
Esto se traduce en decisiones concretas:
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Menos dinero en sponsorships con Joe Rogan o Andrew Huberman. Más dinero en conseguir Creavitalis (la creatina de Alzchem, creadores de Creapure) al mejor precio del mercado.
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Un solo tipo de creatina, un solo batido. En cada categoría, la mejor opción al precio más justo.
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Etiquetado completamente transparente: cero ingredientes ocultos, cero mezclas "propietarias".
Yo tomaba AG1 hasta que desarrollamos Alma Balance. AG1 es un buen producto, pero cuando pagas €100 al mes, una parte grande la mensualidad financia campañas masivas de marketing e ingredientes importados. Nosotros apostamos por producción local cuando es posible. Nuestra apuesta es que si lo probáis, no necesitaréis un anuncio para renovar.
Hay un principio al que estamos comprometidos: "solo vendemos lo que tomamos nosotros." El modelo de negocio convierte ese principio de aspiración en obligación. Si os vendemos algo que no funciona o que no está al mejor precio del mercado, cancelaréis. Y habremos fracasado.
No es altruismo. Es que nuestro éxito está completamente atado al vuestro. El modelo nos obliga a hacer lo correcto.
Hacia un nuevo paradigma
Lo que más me ilusiona de esta misión es el potencial de hacer que las elecciones realmente saludables sean más accesibles. Para entusiastas de la salud como yo y para profesionales ocupados que necesitan soluciones prácticas al mejor precio.
Creo que estamos en un punto de inflexión. El viejo modelo de tratar la enfermedad cuando aparece está dando paso a un nuevo paradigma centrado en la optimización y la prevención. Pero para que ese enfoque funcione, debe ser práctico, basado en evidencia y accesible.
Ahí es donde queremos sumar: proporcionar la información, los productos y el apoyo que hacen que las decisiones saludables sean la opción fácil. Porque cuando la salud se convierte en el camino de menor resistencia, se vuelve sostenible.
Nutrición diaria, simplificada.




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